“Hay que buscar la salida en la unidad del movimiento sindical”


Roger Gutiérrez (FEASIES)


 

El Decreto 589 del 4 de octubre de 1990 decreta el 31 de octubre de cada año como el día del sindicalistas… ¿Recuerda usted las condiciones del movimiento sindical de esa época?

El conflicto estaba vigente, aunque a partir de la ofensiva del 89 se avanza a otra fase, cuando las partes reconocen que había que marchar hacia la paz y des escalar la guerra. No obstante el gobierno de Alfredo Cristiani había asumido en 1989 y siguiendo la lógica de la confrontación y la guerra civil, hace posible la bomba que destruye la sede de los sindicatos y la muerte de entre otros sindicalistas, la de Febes Elizabeth Velázquez.



De aquí que la ofensiva guerrillera “Hasta el Tope”, acogiera el nombre de Febes y generó una mayor conjunción del movimiento sindical con la guerrilla

del FMLN.

Internacionalmente se había entrado en otras condiciones, especialmente después de la caída de la URSS, del llamado Consenso de Washington y del propio interés del gobierno de Cristiani de concluir la guerra.

¿Qué opinión le merece que los diputados de derecha hayan votado a favor de ese decreto reconociendo en el mismo la importancia de los sindicatos para la defensa de los derechos de las y los trabajadores?

La derecha del país reconoció la importancia del movimiento sindical con su voto. Muy diferente a la actualidad con un sindicalismo atomizado, que solo

dialoga. La propia ARENA había acabado de tomar el poder, no tenía los 20 años de experiencia que tuvo después y en la asamblea hubo un escenario más democrático o previsores de más conflictos.

El Foro de Concertación Democrático y Social, en ese momento solo tenía 6 convenios de la OIT aprobados, después se aprobaron otros 15, aunque sin tomar los referidos a las libertades sindicales. En la propia asamblea se guardaron estos acuerdos antes mencionados.



En concreto en las condiciones del 90 había todavía cierto temor de la derecha de que podíamos hacer algo y crear alguna  situación en los marcos del  conflicto bélico y lo que hicieron fue congraciarse con los sindicatos.

¿Durante la época del conflicto el movimiento sindical fue brutalmente reprimido en este país en medio de esa represión existían muchos sindicatos en las empresas privadas, desde su punto de vista cual es la situación sindical actual en sector privado?

El sindicalismo en este sector fue el que impulsó la mayor conciencia política y de ellos procedieron la mayoría de los incorporados a la lucha políticos militar.

La propia incorporación de tantos cuadros de este sector a la guerra hizo que se debilitara el sindicalismo y a la luz de los análisis actuales se considera un error este hecho.

En el 85 cuando se crea el Consejo de Trabajadores Estales y Municipales se unen a los sindicalistas del sector privado y se forma la Unión Nacional de los Trabajadores Salvadoreños, como referente durante la guerra.

Después de los acuerdos de paz el Sector Estatal de los trabajadores es desarticulado, lo vemos con los Acuerdos de Paz, especialmente con las privatizaciones de este sector, las comunicaciones, la energía y otros importantes, generando debilitamiento.

El sector privado no se recuperó y a mi juicio esta desarticulado.

Desde los 90 con las maquilas de confección textil, los sindicatos se cuentan con los dedos de la mano, ya no digamos sindicalismo consecuente que realmente reivindique los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

La empresa privada es recalcitrante,  no quiere los sindicatos, no acepta su existencia y no los quieren.



¿Qué opinión tiene usted de la participación de la representación laboral en las instancias tripartitas y cómo ve el papel de los actuales representantes en las instancias tripartitas?

Para la izquierda sindical, para los que reivindicamos que el problema es el capitalismo, las tripartitas siempre representaron el régimen burocrático y de derecha, adecuando las situaciones de manera conveniente a sus intereses.

El tripartismo va surgiendo en la medida que se des escala la guerra y con los acuerdos de paz, se crea el Foro de Concertación, que determina la creación del Consejo Superior del Trabajo, con 8 miembros de cada sector: sector empleador, sector laboral y sector gobierno, con lo cual siempre nos hacían el dos a uno, la empresa privada con el gobierno contra los trabajadores. Ahora desde el principio el sector privado lo boicoteo y puso el ultimátum señalando que como terminaba la guerra el Foro de Concertación desaparecía y a partir de esto los conflictos había que dirimirlos en el Consejo Superior del Trabajo.

Esta nos da la pauta del debilitamiento del sindicalismo en el sector privado, nunca recuperado como planteamos anteriormente.

Por otra parte entra El Salvador en el modelo, en la lógica, de país de servicios, entonces sin industria y sin agro, con inmigración a las ciudades y al exterior, más profundo es el debilitamiento de los sindicatos.

Con el gobierno actual se pide una mesa de diálogo, para todos es lo mismo. El gobierno tiene la disposición por lo menos en teoría de dialogar, pero con las instancias tripartitas debilitadas y muchas veces representada por la derecha sindical.

Se ha planteado reorientar estas instancias, tener eso que planteamos de dos a uno, pero a nuestro favor, trabajadores y gobierno contra la empresa privada, pero no ha sido así y las tripartitas con los delegados del gobierno totalmente incompetentes no han hecho nada. Se ha planteado incluso que el cambio de la Doctora Avilés por el Ministro Centeno fue para enmendar los errores de la Doctora, de cara a las confrontaciones habidas con la empresa privada por el tema de las 8 horas. De aquí el motivo de su cambio por Humberto Centeno, más dialogante con los intereses privados. Se han dado algunos cambios, pero son muy incipientes y no tiene la beligerancia que se desearía.

Hoy son 4 representantes por cada parte y seguimos estando en desventaja, somos los 4 contra 8 del sector gobierno y la empresa privada.



¿En su opinión a que se debe los bajos niveles de organización sindical en el país y que se debe hacer para superar ese problema?

Algo hay que hacer, en la crisis todos los elementos preocupan. La afectación es a todo el país y en todos los índices. País pequeño con todo tipo de problemas, incluso de contaminación.



¿Qué podemos hacer?



Creemos que hay que profundizar en la parte formativa de los nuevos cuadros, creando nuevas capacidades, haciendo de la educación nuestro pilar. Fortalecer el sistema de educación sindical en todos los sentidos.

Hay que formar a los trabajadores en los nuevos términos, hacerlos crecer en todos los sentidos.

No caer en un problema de catastrofismo y pensar que ya no hay nada que hacer. Hay que buscar la salida en la unidad del movimiento sindical, empujar el trabajo de mujeres, de los jóvenes, de los que vengan a ser el relevo de los viejos cuadros.

Hay que abrir brecha y hacer un trabajo autocrítico del porque la desmovilización del movimiento sindical. Dejar a tras el sectarismo y las cúpulas.

Articular a todos los países de la región en la lucha sindical, no como algo etéreo, sino algo real, de transformación de la sociedad.