21 años de los acuerdos de paz.


Lea la reflexión que el secretario general de FESTRASPES escribió en conmemoración de los 21 años desde que se firmaron los acuerdos de paz, descargue el documento aquí.

Recordando a una gran luchadora del pueblo: Febe Elizabeth Velásquez




 
Febe es recordada como la Secretaria General de la Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños (FENASTRAS), que fue asesinada junto a otros sindicalistas, con una bomba colocada en el local de ese sindicato, el 31 de octubre de 1989.

El hecho ocurrió a las 12:30 del mediodía, cuando ella junto a un grupo de sus compañeros se encontraban almorzando en el comedor popular del sindicato. El atentado dinamitero dejó diez muertos y 30 heridos. Febe Elizabeth falleció cuando era trasladada a un hospital. Sus restos se encuentran en el Cementerio General de San Salvador. Junto a ella fallecieron Daniel López Meléndez, Rosa Hilda Saravia, Luis Edgardo Vásquez, Ricardo
Cestón, Julia Tatiana Mendoza, Vicente Melgar, Carmen Hernández y Magdalena Rosales.
Quienes recuerdan esos momentos, lo cuentan como un día terrible “había cuerpos  utilados, manos y brazos tirados por todos lados”, una fecha con resultados fatídicos para los más de 50 sindicalistas que se encontraban ahí ese día.
La Secretaría General de FENASTRAS murió a los 27 años de edad, dejó en orfandad a sus tres hijos. En homenaje a ella, se realizó la nueva construcción de la sede sindical de FENASTRAS y la ofensiva político–militar del FMLN en noviembre de 1989, denominada
“Febe Elizabeth Velásquez vive”. “Yo aprendí de ella su paciencia para escuchar a los demás”, nos cuenta un amigo de ella. Quienes la conocieron la describen como una persona
“profundamente humana”, con claridad ideológica y política, comprometida con los cambios
y con los intereses de la gente más pobre de este país.
Desde muy corta edad, sufrió las consecuencias de la pobreza, sin embargo, ésta nunca fue un obstáculo para su superación. Para pagar sus estudios empezó a trabajar a trabajar de costurera a los 13 años, recibiendo un pago menor al decretado oficialmente.
A los 16 años, empezó a trabajar en una de las más grandes fábricas de ropa en El Salvador
“CIRCA, S.A” (subsidiaria de la Transnacional Levis Strauss Inc.). Su gran sensibilidad humana permitió una acelerada comprensión de las políticas laborales injustas y maltrato de los capataces hacia los trabajadores. El Ingeniero Julio Portillo de las FPL, segundo responsable de la Unión Nacional de Trabajadores Salvadoreños, UNTS en los años 80, dice que Febe era una persona que creía en la unidad de todos los sectores “para poder derrotar a la dictadura militar y poder construir una sociedad más justa”.
Su trabajo reivindicativo lo inició en el Sindicato de la Industria Textil. Por sus cualidades de solidaridad y dinamismo fue electa Secretaría General del Sindicato. Durante su período conquistaron mejores prestaciones económicas para los trabajadores de la empresa textil.
Lograron además, salir a marchar bajo las consignas de, “Alto a la represión”, “Libertad a los presos políticos y sindicales”, “Yanki invasor, fuera de El Salvador”, “Fuerza Armada, asesino del pueblo” y otros.
En CIRCA dirigió la gran huelga de 32 días. Junto a otros obreros realizaron una huelga de hambre como respuesta a la intransigencia de la patronal, lo que generó una campaña en Estados  Unidos, donde los trabajadores de la transnacional demandaron solución inmediata al conflicto laboral.
Su perfil de líder sindical trascendió de la fábrica CIRCA, a nivel nacional e internacional, siendo considerada por el Gobierno y el Sector Patronal “enemiga peligrosa” de sus intereses.
Febe fue secuestrada el 7 de julio de 1986 por hombres fuertemente armados, vestidos de civil, pero fue liberada después de cinco días de torturas física y sicológica.
El gobierno asumió la responsabilidad y ella fue entregada personalmente por el entonces
Presidente de El Salvador, José Napoleón Duarte. Posterior a su liberación, las palabras de ellas fueron: “continuaré en las luchas reivindicativas, porque son justas y no temo por mi vida”.
Sus cualidades El Ingeniero Portillo dice que la capacidad, inteligencia y amor a la lucha, fueron elementos determinantes para que Febe se destacara y se le reconociera a nivel nacional e internacional.
Aunque era la primera al mando de la UNTS, “ella nunca ejerció el mando, era muy humilde”.
Su autoridad surgía de su forma de ser, de su calidad humana y de la misma forma de cómo ella, en la práctica, demostraba su capacidad. Su calidad de líder le permitía distribuir responsabilidades y tomar decisiones colectivas. Era muy accesible, una persona con la que se podía hablar el tiempo que fuera necesario. Su letra era legible, “su forma de redactar, su forma de expresarse era muy ordenada, era materia viva para asimilar todo el contenido de lucha sindical y gremial, recuerda. Según el Ingeniero Portillo, ahora ex-jefe del Departamento de Catastro de la Alcaldía de Mejicanos, Febe estaba siempre presta a ayudar a los demás “habiendo de donde poder ayudarles a las personas de necesitaban”.
Algunos datos de Febe 1. Nació el 27 de agosto de 1962 en San Salvador.
2. Cuando ella tenía 7 meses de embarazo, construyeron con otros sindicalistas, barricadas para “detener” el avance de tanques hacia el local de FENASTRAS.
3. En noviembre de 1986, fue electa Secretaria General de FENASTRAS.
4. Febe fue dirigente del sindicato de CIRCA, que era miembro de la Unidad Nacional de
los Trabajadores Salvadoreños, UNTS, de la cual era parte FENASTRAS.

“Hay que buscar la salida en la unidad del movimiento sindical”


Roger Gutiérrez (FEASIES)


 

El Decreto 589 del 4 de octubre de 1990 decreta el 31 de octubre de cada año como el día del sindicalistas… ¿Recuerda usted las condiciones del movimiento sindical de esa época?

El conflicto estaba vigente, aunque a partir de la ofensiva del 89 se avanza a otra fase, cuando las partes reconocen que había que marchar hacia la paz y des escalar la guerra. No obstante el gobierno de Alfredo Cristiani había asumido en 1989 y siguiendo la lógica de la confrontación y la guerra civil, hace posible la bomba que destruye la sede de los sindicatos y la muerte de entre otros sindicalistas, la de Febes Elizabeth Velázquez.



De aquí que la ofensiva guerrillera “Hasta el Tope”, acogiera el nombre de Febes y generó una mayor conjunción del movimiento sindical con la guerrilla

del FMLN.

Internacionalmente se había entrado en otras condiciones, especialmente después de la caída de la URSS, del llamado Consenso de Washington y del propio interés del gobierno de Cristiani de concluir la guerra.

¿Qué opinión le merece que los diputados de derecha hayan votado a favor de ese decreto reconociendo en el mismo la importancia de los sindicatos para la defensa de los derechos de las y los trabajadores?

La derecha del país reconoció la importancia del movimiento sindical con su voto. Muy diferente a la actualidad con un sindicalismo atomizado, que solo

dialoga. La propia ARENA había acabado de tomar el poder, no tenía los 20 años de experiencia que tuvo después y en la asamblea hubo un escenario más democrático o previsores de más conflictos.

El Foro de Concertación Democrático y Social, en ese momento solo tenía 6 convenios de la OIT aprobados, después se aprobaron otros 15, aunque sin tomar los referidos a las libertades sindicales. En la propia asamblea se guardaron estos acuerdos antes mencionados.



En concreto en las condiciones del 90 había todavía cierto temor de la derecha de que podíamos hacer algo y crear alguna  situación en los marcos del  conflicto bélico y lo que hicieron fue congraciarse con los sindicatos.

¿Durante la época del conflicto el movimiento sindical fue brutalmente reprimido en este país en medio de esa represión existían muchos sindicatos en las empresas privadas, desde su punto de vista cual es la situación sindical actual en sector privado?

El sindicalismo en este sector fue el que impulsó la mayor conciencia política y de ellos procedieron la mayoría de los incorporados a la lucha políticos militar.

La propia incorporación de tantos cuadros de este sector a la guerra hizo que se debilitara el sindicalismo y a la luz de los análisis actuales se considera un error este hecho.

En el 85 cuando se crea el Consejo de Trabajadores Estales y Municipales se unen a los sindicalistas del sector privado y se forma la Unión Nacional de los Trabajadores Salvadoreños, como referente durante la guerra.

Después de los acuerdos de paz el Sector Estatal de los trabajadores es desarticulado, lo vemos con los Acuerdos de Paz, especialmente con las privatizaciones de este sector, las comunicaciones, la energía y otros importantes, generando debilitamiento.

El sector privado no se recuperó y a mi juicio esta desarticulado.

Desde los 90 con las maquilas de confección textil, los sindicatos se cuentan con los dedos de la mano, ya no digamos sindicalismo consecuente que realmente reivindique los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

La empresa privada es recalcitrante,  no quiere los sindicatos, no acepta su existencia y no los quieren.



¿Qué opinión tiene usted de la participación de la representación laboral en las instancias tripartitas y cómo ve el papel de los actuales representantes en las instancias tripartitas?

Para la izquierda sindical, para los que reivindicamos que el problema es el capitalismo, las tripartitas siempre representaron el régimen burocrático y de derecha, adecuando las situaciones de manera conveniente a sus intereses.

El tripartismo va surgiendo en la medida que se des escala la guerra y con los acuerdos de paz, se crea el Foro de Concertación, que determina la creación del Consejo Superior del Trabajo, con 8 miembros de cada sector: sector empleador, sector laboral y sector gobierno, con lo cual siempre nos hacían el dos a uno, la empresa privada con el gobierno contra los trabajadores. Ahora desde el principio el sector privado lo boicoteo y puso el ultimátum señalando que como terminaba la guerra el Foro de Concertación desaparecía y a partir de esto los conflictos había que dirimirlos en el Consejo Superior del Trabajo.

Esta nos da la pauta del debilitamiento del sindicalismo en el sector privado, nunca recuperado como planteamos anteriormente.

Por otra parte entra El Salvador en el modelo, en la lógica, de país de servicios, entonces sin industria y sin agro, con inmigración a las ciudades y al exterior, más profundo es el debilitamiento de los sindicatos.

Con el gobierno actual se pide una mesa de diálogo, para todos es lo mismo. El gobierno tiene la disposición por lo menos en teoría de dialogar, pero con las instancias tripartitas debilitadas y muchas veces representada por la derecha sindical.

Se ha planteado reorientar estas instancias, tener eso que planteamos de dos a uno, pero a nuestro favor, trabajadores y gobierno contra la empresa privada, pero no ha sido así y las tripartitas con los delegados del gobierno totalmente incompetentes no han hecho nada. Se ha planteado incluso que el cambio de la Doctora Avilés por el Ministro Centeno fue para enmendar los errores de la Doctora, de cara a las confrontaciones habidas con la empresa privada por el tema de las 8 horas. De aquí el motivo de su cambio por Humberto Centeno, más dialogante con los intereses privados. Se han dado algunos cambios, pero son muy incipientes y no tiene la beligerancia que se desearía.

Hoy son 4 representantes por cada parte y seguimos estando en desventaja, somos los 4 contra 8 del sector gobierno y la empresa privada.



¿En su opinión a que se debe los bajos niveles de organización sindical en el país y que se debe hacer para superar ese problema?

Algo hay que hacer, en la crisis todos los elementos preocupan. La afectación es a todo el país y en todos los índices. País pequeño con todo tipo de problemas, incluso de contaminación.



¿Qué podemos hacer?



Creemos que hay que profundizar en la parte formativa de los nuevos cuadros, creando nuevas capacidades, haciendo de la educación nuestro pilar. Fortalecer el sistema de educación sindical en todos los sentidos.

Hay que formar a los trabajadores en los nuevos términos, hacerlos crecer en todos los sentidos.

No caer en un problema de catastrofismo y pensar que ya no hay nada que hacer. Hay que buscar la salida en la unidad del movimiento sindical, empujar el trabajo de mujeres, de los jóvenes, de los que vengan a ser el relevo de los viejos cuadros.

Hay que abrir brecha y hacer un trabajo autocrítico del porque la desmovilización del movimiento sindical. Dejar a tras el sectarismo y las cúpulas.

Articular a todos los países de la región en la lucha sindical, no como algo etéreo, sino algo real, de transformación de la sociedad.