“Una de las cosas que más admiré de Febe era su alto sentido humanitario, y es que en la guerra te podías volver insensible debido a la naturaleza de la misma...
La entrega incondicional por y para la clase trabajadora de nuestro país, el sentido unitario en la práctica, la excelente perspectiva de lucha y su profundo carácter humanitario son algunos de los principales legados que Febe Elizabeth Velásquez heredó ,reconoce Julio Cesar Portillo segundo responsable(después de ella) de la histórica Unidad Nacional de los Trabajadores Salvadoreños (UNTS) .
Portillo, compañero de mil batallas de Febe, nos brindó su testimonio de manera incondicional, al recordarla como “una persona de extracción totalmente humilde, muy sencilla, muy humanitaria, muy solidaria, muy amistosa”, a su juicio, una persona extraordinaria con mínima formación académica pero con una capacidad de analizar y tomar decisiones como pocos”.
“Una de las cosas que más admiré de Febe era su alto sentido humanitario, y es que en la guerra te podías volver insensible debido a la naturaleza de la misma, que de repente capturaban un compañero, que mataban a otro, que desaparecían otro y tantas cosas que por el estilo pasaban, que fácilmente te podías decantar hacia la insensibilidad y Febe nunca se volvió insensible”.
“Recuerdo una vez que al interior de la UNTS estábamos discutiendo quien debía manejar el dinero y todos acordamos que fuese Febe quien lo manejara y ella de una forma bien consternada nos dijo ”miren compañeros no me dejen esa responsabilidad a mí y les voy a ser franca, a mí se me acercan muchos compañeros con necesidades grandísimas, serias , que no necesitan mucho análisis y sí yo tengo dinero yo lo voy a tomar y se los voy a dar y después no quiero que me estén cuestionando o sea yo no puedo decir NO “ y ciertamente era así. Otra vez estábamos en una de las actividades más grandes que como UNTS desarrollamos y fue la actividad de la reunión de dialogo de la Nunciatura en 1987, teníamos capacidad para alimentar a veinticinco mil personas pero la cantidad había sido rebasada llegaron alrededor de sesenticinco mil y en una de esas el café se nos estaba terminando, era noche ,hacía frío estábamos cansados ,muriéndonos del sueño y Febe nos dijo “Por favor compañeros ese perol de café que queda no me lo vayan a tocar porque es para repartirle a los soldados” y bueno vos te acordás que estábamos rodeados de soldados y policías, entendimos el mensaje y obedecimos la petición de la compañera ,aunque la tripa en ese momento nos demandara una deliciosa taza de café, se los repartimos a los soldados y nosotros nos quedamos con ganas. En el plano personal ,allá por 1988 conoció de mis intenciones de querer conquistar a la que ahora es mi esposa ,una jovencita veinte años menor que yo, resulta que un día íbamos en el carro y nos acompañaban otras personas y directamente me preguntó “Mirá Julio y cuál es tu idea con esa muchacha y yo le dije “como así “ pues sí yo quiero saber qué es lo que estás pensando porque mirá esa muchacha se vé que es un baluarte, esa muchacha es necesario quererla estimarla ,cuidarla, jáaa y como vos tenés tu famita, por eso te pregunto. Yo entendí pues y le dije mirá no te preocupés que a esa muchacha yo la estoy buscando con toda la intención de hacer “huesos viejos” con ella, sí mi idea cuaja, ella me acepta y nos ponemos de acuerdo te vas a dar cuenta y así fue efectivamente, nos casó Humberto
Centeno y acabo de cumplir 21 años de casado con esa muchacha a la cual Febe protegió de cualquier posible depredador. Febe era tan solidaria que era capaz de ir a una acción de solidaridad, aunque supiera que eso le podía costar la vida, me acuerdo cuando Humberto(Centeno) fue capturado por la Fuerza Aérea en San Bartolo, le dieron una gran matada (paliza)y nosotros sabíamos el altísimo riesgo que corríamos de caer en las manos de las fuerzas represivas y en ese momento el que tenía que dar la cara era yo, pero ella me dijo ..Mirá tenés la opción de aceptarlo o no, pero sí vos no lo hacés lo hago yo, entonces yo le dije no hace falta , lo voy a hacer yo y así fue, fui con la mujer de Humberto, a rescatarlo a la policía de hacienda, sabiendo que allí mismo podíamos quedar y lo fuimos a hallar a un hospital, porque la pensada de ellos era que con la matada que le habían dado en la fuerza aérea mas la rematada que le habían dado en la P.H. ,a quien le tenían que hacer entrega formal era a la mujer, pero no, ella estaba clara que éramos nosotros los que teníamos que recibir al compañero.
Creo que puedo pasar horas, días hablando de Febe y nunca terminaría de hablar, de esa extraordinaria mujer.
