Creo que la derecha ni cuenta se dio de lo que significa el Día del Sindicalista

Entrevista a Ministro Humberto Centeno.



Señor Ministro, como usted conoce estamos próximos a celebrar el Día del Sindicalista Salvadoreño y en ese marco nuestra confederación, la CSTS, con el propósito de rescatar la memoria histórica está elaborando una edición especial de nuestro periódico “Visión Sindical”. Conociendo su trayectoria de dirigente sindical y luchador social a lo largo de su vida, queremos que nos dé su opinión sobre la importancia de que a partir de 1990, se haya reconocido por decreto legislativo como el Día del Sindicalista Salvadoreño.

Se da a partir del brutal atentado al local de FENASTRAS, exactamente el 31 de octubre del
1989. El director de la Policía Nacional de esa época mandó a colocar dos sacos con dinamita y las esquirlas del portón mataron a 11 secretarios generales, incluida la Secretaria General de FENESTRAS, Febres Elizabeth Velázquez.

Después de esto vino la ofensiva guerrillera del 89, para posteriormente en los marcos de los Acuerdos de Paz, un movimiento de varios sindicatos para honrar la vida de nuestros dirigentes asesinados, solicitamos a la Asamblea Legislativa se denominara a esta fecha el Día del Sindicalista.

Teniendo en cuenta su involucramiento activo en la lucha sindical de esos años, quisiéramos que nos haga una breve reseña del momento histórico y el papel del movimiento sindical en el.

Es una época donde se tenían dos pilares fundamentales de lucha, el primero, la búsqueda a la solución política negociada del conflicto, bandera permanente de todos los dirigentes sindicales, en los marcos de una guerra civil iniciada con las manifestaciones populares de los 70 y los 80, dos fraudes electorales y las masacres y asesinatos posteriores que incluyen las de Monseñor Romero, las monjas estadounidenses, los jesuitas y otras.

La tesis de los gobiernos de turno siempre fue la misma, depongan las armas e incorpórense, sin negociar nada, dejando intactos los cuerpos represivos, Guardia Nacional, Policía de Hacienda, Policía Nacional y los organismos de inteligencia del ejército.

El otro pilar de lucha eran nuestras propias reivindicaciones sociales como trabajadores y los derechos que esto implicaba. Luchando contra la negación histórica a que han sido sometidos los derechos de los trabajadores salvadoreños.

¿Qué opinión le merece a usted que la derecha política en la Asamblea Legislativa, haya reconocido en ese momento la importancia del Movimientosindical, dando sus votos para la aprobación del decreto?

En ese momento la derecha no vio la vinculación de este “Día del Sindicalista” con los hechos del 30 de octubre del 89. No reflexionaron del significado que tiene y tuvo esta fecha. Para los miles de víctimas del movimiento sindical y de todo el pueblo salvadoreño, es un reconocimiento a todas las víctimas de la persecución, de las torturas y de las desapariciones.

Es el día de la lucha contra los actos de represión de la dictadura militar. Ojala no me  equivoque, pero creo que la derecha ni cuenta se dio del significado para los trabajadores de denominar el 30 de octubre como el Día del Sindicalista Salvadoreño.

Ministro, qué opinión le merece a usted que en la época de mayor represión sindical en el país, los trabajadores de la empresa privada hayan tenido sindicato y contratación colectiva y que en la actualidad, donde El Salvador ha ratificado los Convenios 87 y 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), relativos a la libertad sindical y la negociación colectiva, y se respiran aires de democracia, en el sector privado no existe o es casi nula la organización sindical y por ende la contratación colectiva.

No es lo mismo la lucha sindical en época de dictadura miliar y represión a punta de machete, contra cualquier manifestación popular que los momentos actuales.

Donde además el Ministerio del Trabajo trasladaba a los empresarios la información sobre cualquier indicio de formación sindical. Desde el Ministro hasta el último de los funcionarios de este ministerio les informaban a los patronos quienes estaban intentando hacer los sindicatos.

Cuando los dirigentes sindicales regresaban a sus fábricas estaban despedidos. El Ministerio del trabajo y los empresarios eran un binomio contra los trabajadores. No es hasta el 2009 cuando la derecha pierde el poder que esto comienza a cambiar.

Aunque hacia el interior del Ministerio de Trabajo, existen empleados que no han roto con los empresarios, los cuales pagan información, cuando un dirigente o un grupo de trabajadores quieren hacer un sindicato, especialmente en el sector obrero.

Desde su óptica como Ministro del trabajo, cual sería su recomendación a las autoridades de las diferentes instancias de gobierno, a los empresarios y a las dirigencias sindicales, para concretizar los procesos efectivos de negociación colectiva.

En el pasado se asesinaban las aspiraciones de formar un sindicato por la fuerza bruta, así funcionaba el estado. Asesinatos, masacres y desapariciones era la respuesta del estado a cualquier intento de unión sindical. Hoy en día la represión de los empresarios hacia los trabajadores es la amenaza de despido y el desempleo.

Como hay mucho desempleo la gente teme, a lo que sumamos que los empresarios salvadoreños no invierten en El Salvador, prefieren hacerlo en Nicaragua, Honduras y otros países.

Tenemos pruebas de muchas denuncias, recibo entre 20 y 40 diarias. En mi despacho tengo un correo y un teléfono donde garantizo la confidencialidad, pero aún así, por el vínculo de muchos inspectores con los empresarios, cuando saben o presumen quien los ha denunciado, inmediatamente son despedidos.

A lo que sumamos los delitos que cometen los empresarios, no pagan horas extras, los obligan a trabajar 10 a 12 horas extras y no se les paga, nocturnidad sin pagar el doble, les descuentan las cuotas de pensiones y del seguro social y se las roban, a pesar de que la ley dice que son tres años de prisión.

Es una denuncia recurrente, pero insisto, la amenaza de despido es el arma de los empresarios para no permitir ni contratos colectivos y mucho menos nuevos sindicatos.

En nuestro país tenemos un gobierno progresista y un Ministro del trabajo que conoce de la importancia del papel de los sindicatos. En el tiempo restante para que finalice el periodo del actual gobierno, conoce usted si existe algún compromiso o proyecto para contribuir al fortalecimiento del movimiento sindical.
Lo principal es que el sindicato tiene que hacerse respetar, si no se hace respetar, especialmente sus dirigentes, entonces habrá siempre sindicatos débiles, frágiles y fáciles de manipular.

Si el movimiento sindical no se unifica, nunca sera fuerte y seguirá siendo débil. Los líderes sindicales deben sentarse y lograr un movimiento realmente fuerte, respetando las diferencias, incluso en políticas ideológicas y respetando la independencia de las federaciones y las confederaciones.

Donde se ha avanzado en la sindicalización, en el sector público, que ya tienen federaciones, ya iniciaron contratos colectivos, etc. Por supuesto hay problemas para que se pongan de acuerdo funcionarios y los sindicatos, pero se ha avanzado. Se han dado a 97 sindicatos públicos sus credenciales y no discriminamos a nadie, ni el ministro apoya a uno y al otro no, solo se aplica la ley.

Por último, ¿Qué opinión le merece el papel de la representación laboral en las instancias tripartitas? 

 El problema es lógico, si en una empresa hay un sindicato débil con disputas internas o un sindicato que come de la mano del empresario, no habrá ni contrato colectivo ni mejoras a la situación de los trabajadores. Si hay varios sindicatos con problemas internos, incluso con problemas personales entre sus dirigentes, no tendrán capacidad de negociación.

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