LA CLASE OBRERA Y SUS RESPONSABILIDADES.

La historia cada vez está cambiando, cambian las personas, y como dijo Mercedes Sosa en sus canciones: cambia, todo cambia; pero el sistema de opresión es el mismo… con diferentes modalidades.
Para Carlos Marx, creador del socialismo científico, planteó que “… toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es la historia de la lucha de clases…”
Habla r de la lucha de clases, en estos tiempos, es habla de un tema tabú. Que eso no es posible, debemos vernos de manera igual, no nos podemos considerar proletarios o llamar burgueses a los ricos, etc. Para muchos, incluyendo gente de “izquierda”, los tiempos han cambiado y como parte integral de la sociedad debemos adaptarnos a los nuevos tiempos; y es que tienen razón, han cambiado muchas cosas, han cambiado a las personas, han maquillado beneficios, pero el sistema de opresión es el mismo, aunque las modalidades sean diferentes.
El Salvador ha cambiado…pero el partido político o los partidos políticos de izquierda se han convertido en partidos burgueses, han renunciado implícitamente o de manera  disfrazada al tema de las luchas de clases y se han adaptado a las bondades que se les ha facilitado el sistema y por ello no debemos alimentar la lucha de clases; se han generado algunos cambios, en algunos casos cambios de apariencia, pero, las transformaciones estructurales no se han querido desarrollar, pues esto trastocaría intereses muy susceptibles de las clases de poder (los burgueses o los empleados de los burgueses).
Mientras la clase obrera proletaria (los vendedores de la fuerza de trabajo) no se apropien del poder, cualquier cambio será  puramente de apariencia, seguirán los mismos opresores con el mismo sistema de opresión.
Es necesario que la clase trabajadora se apropie del poder o de la participación real en el mismo, porque solamente los mismos trabajadores serán los que llevan transformaciones profundas que la misma clase necesita, porque lo que se ha visto hasta hoy son reformas pasajeras o de apariencia, y deberá ser a través de un partido de los trabajadores, si es que no existe otra forma, porque ha quedado demostrado que los actuales partidos se quedan siendo partidos electoreros, sin ninguna excepción, donde se han acomodado a los beneficios que ese sistema de opresión les ha dado y han terminado convirtiéndose , en algunos casos, hasta en enemigos de sus propios aliados.
Tal como lo dijera León Trotsky: “… los trabajadores deben estar siempre en revolución permanente…” en cada centro de trabajo deben estar los consejos obreros, los que serán responsables de alimentar la revolución, lo que permita una verdadera “Unidad en la Acción” y hacer frente de manera conjunta a esas arremetidas de la clase dominante.
Una de las formad de apartar a los trabajadores de la participación en los movimientos revolucionarios y de las transformaciones fundamentales es involucrarlos en las mismas comodidades del sistema, además de hacerles ver que esas transformaciones  no le traerán beneficios y que no se deben meter  en los temas políticos.
En El Salvador se han hecho intentos de crear un solo frente de lucha común, los que nunca han podido cuajar en ese verdadero movimiento representativo, razones hay de sobra entre las que sobresalen: los intereses personales y las rivalidades por el protagonismo. En algunos casos estos esfuerzos han terminado en la creación de otros pequeños esfuerzos personales de algunos dirigentes (creando más federación o confederaciones) para salvaguardar sus propios proyectos de cooperación internacional.
La clase obrera no debe seguir en la dinámica que la han llevado en los últimos años los partidos políticos, sobre todo los de izquierda, debe construirse un verdadero referente que no pierda de vista las luchas de clases, porque mientras siga el mismo sistema de explotación y opresión seguirá habiendo proletarios y burgueses.
Construir y hacer trabajo sobre esta idea seguramente puede generar algún nivel de malestar en aquellos que han alcanzado su propio status quo o comodidad personal, pero se vuelve una necesidad a partir de la propia realidad nacional después de que el partido de izquierda se convierta en partido de gobierno y no se atreviera a abordar esas expectativas, es decir, desnudó una realidad que era secreto a voces: se acomodarán a las bondades que el sistema les da, o como lo dijera un cantautor centroamericano, que mas o menos dicen así sus canciones: “…yo era socialista hasta que el capitalismo me dio la oportunidad…”
Queda planteado un enorme reto para la clase trabajadora, de cara al futuro:
Construir este referente de lucha que pueda conducir a la realización de las transformaciones fundamentales que demanda la clase obrera del país, y no las reformas electorales que ofrecen partidos políticos, incluyendo los de izquierda que bien le sirven a las burguesías del momento; que tiene a la base la toma del poder, mediante una revolución permanente de todos y todas, apartando a todos aquellos que tanto daño hacen en el camino de impedir que los esfuerzos de esa unidad en la acción avancen y les muevan de sus  comodidades personales.